El Museo Cerralbo acoge hasta el 15 de octubre Evolución. Revolución, una exposición que celebra el vigesimoquinto aniversario del Centro Cerámico de Talavera, su producción y lo artesanal de su oficio.

En 1992 nació el Centro Cerámico de Talavera, un proyecto creado, según ellos mismos dicen, por tres arriesgados e incautos recién graduados: Juan Carlos Albarrán Montealegre, Ana Fernández Pecci y Ramón González Colilla. Respetando siempre la técnica de la cerámica de Talavera y pintando a mano como hacían los maestros ceramistas del siglo XVI, desde entonces han parido paneles de azulejería, fuentes, vajillas, piezas de coleccionismo, trofeos, objetos decorativos o reproducciones de obras antiguas. Para celebrar su vigésimoquinto aniversario, el Museo Cerralbo acoge hasta el 15 de octubre Evolución. Revolución, un recorrido totalmente gratuito por su oficio y su producción.

“Hemos dividido la exposición en tres partes”, cuenta Guille García-Hoz, comisario de la muestra, diseñador y colaborador del centro. “La primera parte hace referencia al taller, las piezas rotas, los procesos, la pintura. Me interesa mucho que la gente vea la diferencia entre la cerámica industrial y la cerámica artesanal”, desde la elaboración de moldes y la cocción en horno hasta la decoración a pincel. “Y creo que hasta estéticamente la parte del backstage del taller de cerámica tiene su atractivo visual”, añade.

A continuación, el visitante descubrirá los estilos tradicionales de manera muy intuitiva, esto es por estilos y colores, observando piezas de cerámica azul, policromada y tricolor. “No hemos querido hacer algo cronológico sino por impactos”, apunta García-Hoz.
Para terminar, la creación contemporánea ocupará el final de la exposición con las colaboraciones entre el taller y artistas como Vicente Vela, Aitor Saraiba, Abraham Menéndez (Abe The Ape), Rubenimichi o el propio García-Hoz.

Fuente: EL MUNDO