El Día Internacional de la Mujer es un momento clave para reflexionar acerca de los avances logrados. ¿Cómo definiría la situación actual en términos de igualdad de género?
Es cierto que, en los últimos 40 años, los avances han sido muy importantes, no solo en materia laboral, sino principalmente en materia legal. Contamos con mecanismos que nos protegen y nos facilitan poder ocupar esos espacios de igualdad que hasta hace apenas unos años nos tenían vetados. Es cierto que el ritmo no es que el que nos gustaría, y aún hay mucho por avanzar. Esto se ve en las carencias en momentos como el que estamos viviendo ahora mismo, en una pandemia, en la cual las grandes damnificadas son las mujeres, especialmente en el ámbito laboral, puesto que la mayor parte de pérdida de puestos de trabajo ha sido de mujeres. Muchas han tenido que decidir quedarse a cuidar a sus hijos e hijas y a sus padres, y las que han tenido teletrabajo han tenido que hacer malabares para poder compaginar las labores profesionales con las labores que históricamente se nos han planteado a las mujeres como una responsabilidad. Hemos avanzando mucho, estamos en una situación muy diferente, pero queda mucho y el ritmo no es el que deseamos.
2. Las tendencias actuales indican que la brecha se está ampliando y que las mujeres están insuficientemente representadas en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería, las matemáticas y la economía. ¿Cuáles cree que son las razones?
La imagen común que probablemente hemos tenido de una persona en estos campos, como el de la ciencia, es la del investigador en su laboratorio. Esto es consecuencia de esos roles impuestos a mujeres y hombres, y un estereotipo que hemos tenido que asumir desde la infancia a través de la educación y que nos ha segregado en determinados campos de conocimiento. Durante mucho tiempo no ha habido referentes de mujeres que han destacado en el mundo de las matemáticas, la tecnología, la ciencia o la economía. Mejor dicho, esas mujeres eran muy pocas y la historia las ha silenciado a pesar de ser fundamentales para las próximas generaciones que no cuentan con esos referentes en los que poder fijarse. Así, difícilmente querrán ser como ellas, algo que sí sucede en otros campos como, por ejemplo, el de los cuidados.
Ahora está en nuestras manos reconocer el trabajo de muchas mujeres pioneras en estos campos, cuya labor fue silenciada y poco reconocida, y que abrieron las puertas de mujeres que ahora están en ese camino. Por eso en Talavera vamos a elaborar un gran mural que se va a colocar en la fachada de la piscina climatizada ‘El Prado’ dedicado a las mujeres que fueron silenciadas pero que desarrollaron una labor importantísima.
Necesitamos poner sobre la mesa esos referentes femeninos, que dejen claro que cualquier niña o niño puede hacer con su profesión lo que quiera. En esto es fundamental una educación en igualdad, porque llegado el momento de elegir una profesión, no tengan que discriminar en función de si se ve algo más masculino o femenino. No tiene sentido ninguno y en esto debemos dar pasos importantes.
3. ¿Qué debería cambiar para reducir la brecha salarial que evidencian los datos?
Lo primero que debería cambiar es que en el ámbito empresarial se cumpliese la ley porque, a día de hoy, contamos con legislación suficiente para que garantizar que a igual puesto de trabajo, igual salario. El problema es que esto llevado al mercado laboral real, queda muy lejos de lo que debería ser. Hay que tener un control exhaustivo para que quienes realicen las mismas funciones, tanto hombres como mujeres, cobren el mismo salario. Otra cosa que siempre se pasa por alto es la falta de corresponsabilidad en las labores de los cuidados en el seno de la familia, lo que hace que las mujeres sean quienes se vean obligadas a reducir su jornada laboral, y con ello su salario. Los puestos de trabajo con reducciones de jornada suelen poner a las mujeres a una situación más crítica económicamente para poder sobrevivir.
4. ¿Es la educación uno de los mecanismos clave para combatir la desigualdad?
Por supuesto. Ya lo he dicho en muchas ocasiones y es que la educación de calidad y en igualdad, sin etiquetas, sin clichés y sin estereotipos favorece un clima igualitario y de normalidad, para eliminar muchos de los estigmas que todavía rodean esta sociedad. Por eso, es fundamental inculcar este tipo de valores a los niños y niñas tanto en las aulas como en sus propias casas. Es una tarea de docentes, padres y madres y de toda la ciudadanía. Los niños y niñas son como esponjas desde las edades más tempranas, por esa facilidad de imitación de comportamientos y, por eso precisamente, somos los adultos los que tenemos que convertirnos en sus referentes, es lo que les servirá para construir una sociedad mejor para el futuro de todos y de todas.
5. Tita, es la primera mujer alcaldesa de Talavera de la Reina en la historia de la ciudad, ¿es consciente del poder de su imagen para poner fin a este debate social?
No es una cuestión del poder de la imagen, sino que creo que es importante, ya no solo en mi caso como alcaldesa de esta ciudad, sino en el de tantas mujeres que hemos llegado a ocupar determinados espacios que hasta hace poco tiempo estaban destinados exclusivamente para hombres. Al final son techos de cristal que se rompen y, lo que tenemos que hacer, es aprovechar esta posición que hemos llegado a tener algunas mujeres para visibilizar la necesidad y dejar claro a las mujeres del mañana, que los techos se pueden romper, que el límite lo ponemos nosotras y tenemos que seguir luchando para que nadie nos ponga ese límite. No es cuestión del poder de la imagen al ocupar un puesto de liderazgo, sino con la responsabilidad de ser referente para muchas mujeres que pueden hacerlo si quieren.
Soy consciente de que soy la primera alcaldesa de Talavera, y espero que eso haya contribuido a dar normalidad a una cuestión que precisamente debería ser algo normal. Espero que esto haya servido para demostrar que da igual que sea un hombre o una mujer quien esté al frente del gobierno de la ciudad, porque la única realidad es que los problemas, los imprevistos como ha sido la pandemia que estamos viviendo o el trabajo diario están ahí, y hay que demostrar la gestión. Los talaveranos y talaveranas quieren soluciones a sus problemas y calidad de vida en su ciudad, no que sea un hombre o una mujer quien se lo tenga que solucionar.
6. ¿Se ha sentido cuestionada en algún momento de su carrera profesional por ser mujer? ¿Cree que se le ha exigido más por el simple hecho de ser mujer?
Me he sentido afortunada siempre. Después del instituto, decidí estudiar Empresariales y Económicas y a base de esfuerzo y trabajo he conseguido ir alcanzando metas, como los compañeros y compañeras con los que he convivido profesionalmente, con las únicas herramientas de trabajo, trabajo y trabajo. Y esto me lo llevó también al terreno político. No quiere decir que no haya tenido que ver a mujeres cercanas que han sufrido esa discriminación, tener incluso que decidir entre dedicarse a su profesión o a su familia, o en un momento dado que su trayectoria profesional se viera frenada por la maternidad.
7. ¿Cree que, en los grupos de trabajo, con sana mezcla de mujeres y hombres, hay más eficiencia y mejor rendimiento?
Creo en la eficiencia de grupos de trabajo entre personas que desarrollen su labor de manera profesional independientemente de si son hombres o mujeres. Lo que está claro es que, mientras no se alcance esa igualdad y ese equilibro en algunos ámbitos laborales, es necesario llevar a cabo políticas de discriminación positiva que favorezcan o permitan la presencia igualitaria, simplemente por dar a la mujer la posibilidad de demostrar su valía profesional. Mientras las mujeres no podamos entrar en igualdad de condiciones, no podremos demostrar que somos iguales.
8. ¿Cómo cree que será el Día Internacional de la Mujer en 2030? ¿Habremos avanzado o retrocedido en relación a nuestras demandas actuales?
Más que lo que creo, es lo que deseo. En este sentido, desearía un 2030 en el que el Día Internacional de la Mujer celebremos haber alcanzado todas esas metas de igualdad que nos hemos puesto, y que no es ni más ni menos que los hombres y las mujeres seamos iguales. Pero no nos equivoquemos, nos queda mucho camino y ojalá ese deseo sea realidad en 2030, nos queda mucho por delante y muchos pasos por dar. No podemos dejar que cualquier situación como la que estamos viviendo en este último año de pandemia, vuelva a dejar otra vez en evidencia las carencias y la posición de desventaja en la que nos encontramos las mujeres frente al resto de la sociedad. Tampoco podemos olvidar que esta pandemia ha tenido a muchas mujeres al frente de la lucha, protegiendo la vida de ciudadanos y ciudadanas, por lo que creo que la lucha contra la pandemia también tiene rostro de mujer. En el año 2030 no sabemos lo que ocurrirá, lo que sí me gustaría es que hayamos alcanzado lo que pedimos, que es simplemente tener los mismos derechos que tienen los hombres en estos momentos. Es cuestión de justicia, de democracia y de derechos humanos, con lo cual debemos ser tratadas y consideradas en igualdad.